Hola, mi nombre es Elsa Añazgo, forma parte de América Orgánica como Asistente en el área de Contabilidad, pero también soy mamá de una hija adolescente de 16 años.
Elegir un plato de comida para mi hija es asegurar que mantiene una dieta sana. Un plato equilibrado puede ayudar a mi hija a ingerir alimentos variados y a la vez alienta la ingesta de la cantidad correcta de calorías y grasas. Para mí es importante que el plato de mi hija esté dividido en categorías de alimentos (carbohidratos, grasa buena y proteínas) esto me permite sentirme tranquila porque sé que no solo estoy asegurando desde su alimentación hasta el impacto en su salud mental.
Mi hija tiene 16 años y durante todo este tiempo la he podido acompañar para que aprenda a crear una alimentación saludable y balanceada. Hoy en día, mi hija entiende que comer sano es importante para ella misma.
Hoy por hoy los adolescentes se vuelven más independientes y toman decisiones sobre la comida por sí mismos. El tiempo pasa más rápido de lo que muchos padres quisiéramos y de pronto muchos adolescentes pegan un estirón, aumentan su apetito y es aquí donde nosotros debemos acompañarlos ofreciéndoles comidas sanas para satisfacer sus necesidades de crecimiento.
Los adolescentes tienden a comer más comidas fuera de casa que los niños. Por eso las comidas que podemos ofrecerles cuando los tenemos en casa son importantes para compensar su alimentación.
Una de mis preocupaciones como madre de una adolescente es la inquietud que sienten por el término “dieta”. Las niñas de hoy pueden sentir la presión de los estereotipos por ser delgadas y limitar lo que ingieren.
Mi hija Jimena gracias a una correcta guía, tiene una alimentación muy equilibrada y sana, ella consume los productos de AMOR América Orgánica, todos estos productos le dan a ella una buena alimentación sana a su cuerpo sin perder el gusto de otras comidas con puro químicos. Mi hija hoy en día prepara sus alimentos con esta línea de productos los cuales le brinda su valor y requerimiento nutricional en esta etapa.
Todos los días le recuerdo a mi hija que comer sano es una forma de respetarse y amarse a uno mismo, porque una fachada bonita comienza desde dentro.